Muchas veces, la acción del Espíritu Santo en las almas se hace de modo suave y paulatino, en la medida en que éstas no le opongan obstáculos, purificándolas de sus culpas e invitándolas a progresar siempre más en la virtud. En otras ocasiones, sin embargo, esa transformación se opera de modo súbito y fulminante. Tal fue el caso de los apóstoles en Pentecostés.

Cada vez que se celebra en la Iglesia Católica el Sacramento de la Confirmación, un nuevo Pentecostés se renueva en sus hijos. El Divino Espíritu Santo derrama sobre las almas, sus frutos y dones en abundancia.

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Con el deseo de recibir estos preciosos dones del Espíritu Santo, en una ceremonia íntima y solemne seis jóvenes participantes de las actividades de los Caballeros de la Virgen, recibieron el Sacramento de la Confirmación, de manos del P. Ricardo del Campo, EP, en representación de Mons. Fausto Travez, OFM, Arzobispo de Quito y Primado del Ecuador.

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