En los centros comerciales frecuentemente, se ve un personaje con traje de colores vivos, despertando la curiosidad general y en los niños, la alegre expectativa de los regalos y las golosinas.
Es Papá Noel. ¿Cómo nació esta tradición? En realidad, existió una persona mucho más importante que el legendario Papá Noel. Fue San Nicolás, quien falleció como Obispo de Mira, Turquía, en el año 324.
Este gran Santo que va de casa en casa, llevando regalos, para los niños piadosos y que se han portado bien. Narrando a los hijos, la bella vida de este gran Santo, los padres despiertan en las almas infantiles, el sentido de lo maravilloso y estimulan la práctica de la virtud. Con la gran ventaja de que, en este caso, la realidad supera la leyenda.
Pocos Santos gozan de tanta popularidad, y a muy pocos son atribuidos tantos milagros. De él San Juan Damasceno, hace el siguiente elogio “Todo el universo tiene en ti, un rápido auxilio en las aflicciones, un estimulante en las tristezas, un consuelo en las calamidades, un defensor en las tentaciones, un remedio en las enfermedades”.
Nicolás era bastante joven, cuando perdió a sus padres, here dando de ellos una gran fortuna, que le hizo posible practicar la caridad en gran escala.