Una de las escenas más pungentes encontrada en los Evangelios, sin duda, está en el sermón de la montaña, descrita por San Mateo (capítulos 5-7). En el lenguaje bíblico la ‘montaña’, debido a su elevación, se torna un lugar de comunicación con lo divino; así pueden ser vistos, por ejemplo, el Sinaí, el Horeb, el monte Sión, etc. Las montañas, comunican al hombre la grandeza y la magnitud del Creador.
Sus formas irregulares y diversas, se mezclan en la armonía de sus puntas, coloreadas por el mejor amigo de los pintores, el sol. A continuación pasearemos por las alturas, recorriendo algunos de los nevados del Ecuador