Queridos hermanos, movido por el gran amor que os tengo, me gustaría tranquilizar vuestros temores con pronósticos de felicidad, diciéndoos a cada uno de vosotros: “Alégrate, el Paraíso es tuyo; la mayor parte de los cristianos se salva, por lo que tú también te salvarás”. ¿Pero cómo podré daros ese dulce consuelo si vosotros, enemigos […]
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