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Proyecto Futuro y Vida – Colegio IPAC

Los Heraldos del Evangelio realizaron una vez más en la ciudad de Guayaquil el Proyecto Futuro y Vida en el colegio IPAC. Los alumnos de 8vo de básica acompañaron con mucha atención la obra de teatro y la presentación musical. El tema tratado fue acerca de los “buenos modales”. Para finalizar el acto se hizo […]

Las Stavkirker, herencia de la cristianización de Escandinav

Las Stavkirker, herencia de la cristianización de Escandinavia Exactamente como ocurrió hace milenios, las densas brumas del otoño acostumbran a cubrir el mar y la tierra en las frías costas del norte de Francia. En el lejano siglo IX, sin embargo, no era raro que esas brumas fueran vistas como mal presagio por los habitantes […]

Una invitación a la… ¡Confianza!!!

Una invitación a la… ¡Confianza!!! Santo Tomás de Aquino nos define la confianza como siendo “una esperanza fortalecida por sólida convicción”.1 Analizaremos, entonces, algunos aspectos de esa virtud que se hace tan necesaria en nuestros días, pues con frecuencia nos deparamos con personas tristes, desanimadas y a veces desesperadas por no estar habituadas a oír […]

Milagro Eucarístico de Alboraya

 Milagro Eucarístico de Alboraya   Aquel día de julio de 1348 llovía a cánta­ros en Alboraya, po­blado de la región de Valencia (Espa­ña). Numerosos relámpagos, segui­dos de truenos aterradores, acen­tuaban el peligro del fuerte aguace­ro. Sentado junto a la ventana, el pá­rroco preparaba el sermón de la misa dominical, confiado en que la incle­mencia del […]

Así nos trata Dios…

Aquel año el fuerte temporal había castigado la comarca montañosa donde vivían los abuelos de Carlitos. En esa región predominaban los pequeños viñedos y las bodegas artesanales. Los frutos que se recogían tenían un sabor muy especial debido al clima y a la composición del suelo, lo que facilitaba que aumentara la fama de sus […]

San Hilario de Poitiers

San Hilario de Poitiers

Martirologio Romano: San Hilario, obispo y doctor de la Iglesia, que fue elevado a la sede de Poitiers, en Aquitania (hoy Francia), en tiempo del emperador Constancio, quien había abrazado la herejía arriana, y luchó denodadamente en favor de la fe nicena acerca de la Trinidad y de la divinidad de Cristo, siendo desterrado, por esta razón, durante cuatro años a Frigia. Compuso unos comentarios muy célebres sobre los Salmos y sobre el evangelio de san Mateo (367).

Etimología; Hilario = Aquel que esta sonriente, es de origen latino.

Nació a principios de siglo IV en Poitiers. Fue llamado “el Atanasio de Occidente”, de quien era contemporáneo. Ambos tuvieron que combatir contra el mismo adversario, el arrianismo. Participaron en las polémicas teológicas con discursos y sobre todo con escritos. Hilario fue desterrado a Frigia por el emperador Constancio, que se había alineado con las decisiones del sínodo arriano de Béziers del año 356.

El contacto con el Oriente fue providencial para el obispo de Poitiers. Durante los cinco años de permanencia en Frigia aprendió el griego y descubrió a Orígenes, como también la gran producción teológica de los Padres orientales, obteniendo una documentación importantísima para el libro que le mereció el título de doctor de la Iglesia: De Trinitate, cuyo título original es De Fide adversus Arrianos. En efecto, era el tratado más importante y profundo que había aparecido hasta entonces sobre el dogma principal de la fe cristiana. A pesar de estar desterrado, no permaneció inactivo. Con el opúsculo Contra Maxertiam atacó violentamente al mismo Constancio, acusándole de cesaropapismo y de inmiscuirse en las disputas teológicas y asuntos internos de la disciplina eclesiástica. De regreso a Poitiers, el valiente obispo continuó su obra pastoral, ayudado eficazmente por el joven Martín, el futuro santo obispo de Tours.

Hilario nació en el seno del paganismo. Su afán por buscar la verdad, le llevó a estudiar las diferentes corrientes filosóficas de la época, recibiendo un influjo especial del pensamiento neoplatónico. La búsqueda de la respuesta sobre el fin del hombre le llevó a la lectura de la Biblia, en donde finalmente encontró lo que buscaba; entonces se convirtió al cristianismo.

Una visita muy especial…

Una visita muy especial…

En este mes de enero, la comunidad de los Heraldos del Evangelio en Quito, tuvo la alegría de recibir a un conjunto de hermanos de la Ciudad de Cali – Colombia.

En compañía del P. Juan Antonio Vargas, EP, el conjunto de jóvenes visitaron los lugares más importantes de Quito, así como también, participaron de las actividades que los Caballeros de la Virgen realizan en esta ciudad.

Santos Reyes Magos – Epifanía

Santos Reyes Magos – Epifanía

No existen razones profanas ni mundanas en el largo viaje que emprendieron
los Magos. Y la confianza que mostraron, impregnada de valentía, ante un
tirano con mala fama como Herodes, resulta conmovedora. Sin duda los
sustentaba una especial moción del Espíritu Santo.

Habiendo nacido Jesús en Belén de Judá en los días del rey Herodes, unos Magos procedentes del Oriente llegaron a Jerusalén, diciendo: ‘¿Dónde está el rey de los judíos que acaba de nacer? Porque hemos visto su estrella en el Oriente y venimos a adorarle’. Al oír esto el rey Herodes se sobresaltó, y con él toda Jerusalén. Y reuniendo a todos los príncipes de los sacerdotes y escribas del pueblo, les preguntó dónde había de nacer el Mesías. Ellos contestaron: ‘En Belén de Judá, pues así está escrito por el profeta: Y tú, Belén, tierra de Judá, de ningún modo eres la menor entre las principales ciudades de Judá, porque de ti saldrá un jefe que regirá a mi pueblo Israel [Miq 5, 2]. Entonces Herodes, llamando en creto a los Magos, averiguó de ellos con exactitud el tiempo de la aparición de la estrella. Y enviándolos a Belén, les dijo: ‘Id e informaos con diligencia acerca del niño y, cuando lo encontréis, avisadme, para ir yo también a adorarlo’. Ellos, después de oír al rey, se pusieron en camino, y la estrella que habían visto en Oriente iba delante de ellos, hasta que se detuvo sobre el lugar donde estaba el niño.
Al ver la estrella se llenaron de una inmensa alegría. Y entrando en la casa, vieron al niño con María, su madre, y postrándose le adoraron; abrieron sus tesoros y le ofrecieron presentes de oro, incienso y mirra. Avisados en sueños de que no volvieran a Herodes, regresaron a su tierra por otro camino” (Mt 2, 1-12)).

San Eduardo III el Confesor

San Eduardo III el Confesor

Martirologio Romano: En Londres, en Inglaterra, san Eduardo, apellidado el Confesor, que, siendo rey de los ingleses, fue muy amado por su eximia caridad, y trabajó incansablemente por mantener la paz en sus estados y la comunión con la Sede Romana (1066). Etimología: Eduardo = Aquel que es un guardián glorioso Eduardo, nieto de San Eduardo llamado […]

 
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