Consagración a San Miguel

Oh nobilísimo Príncipe de los Ángeles, valeroso guerrero del Altísimo, celoso defensor de la gloria del Señor, terror de los espíritus rebeldes, amor y delicia de todos los Ángeles justos, mi queridísimo Arcángel San Miguel: deseando formar parte del número de tus devotos y siervos, hoy a tí me consagro, me ofrezco y me entrego. Coloco mi persona, mi trabajo, mi familia y todo lo que me pertenece bajo tu poderosísima protección.Es pequeño el ofrecimiento de mi servicio, siendo yo un miserable pecador, pero tú aumentarás el afecto de mi corazón. Acuérdate que de hoy en adelante estoy bajo tu amparo y debes asistirme durante toda mi vida.Alcánzame el perdón para mis numerosos y graves pecados, la gracia de amar a Dios de todo corazón, a mi querido Salvador Jesucristo, a mi Madre Santísima y a todos los hombres, mis hermanos, amados por el Padre y redimidos por el Hijo.Obténme los auxilios que me hacen falta para alcanzar la corona de la eterna gloria. Defiéndeme de los enemigos del alma, especialmente en la hora de la muerte. Oh Príncipe gloriosísimo, ven a asistirme en la última lucha, arroja lejos de mí y precipita en los abismos del infierno al ángel soberbio y prevaricador que un día postraste en combate en el Cielo.En esa hora, San Miguel Arcángel, condúceme ante el trono de Dios para cantar contigo y con todos los Ángeles la alabanza, honor y gloria de Aquel que reina por todos los siglos. Amén. San Miguel Arcángel, defiéndenos en el combate para que no perezcamos en el supremo juicio.