Por ocasión de la Fiesta de Nuestra Señora del Carmen se consagraron a Nuestro Señor Jesucristo por las manos de María Santísima un grupo de por lo menos 50 personas en la capilla de los Heraldos del Evangelio en Quito.

Al final de la ceremonia, el sacerdote celebrante, impuso el Santo Escapulario del Carmen a todos los presentes.